/no me mates con tomate, mátame con bacalao.

Antes de comenzar, este predicador le ruega a los paseantes que hayan decidido plegarse al boicot del tomate que se abstengan de utilizar como armas arrojadizas otros frutos duros, tales como manzanas o naranjas, o nuestro asistente Pirincho se vera obligado a responder el ataque con perdigonazos de balas de goma y esto se convertirá en un verdadero baño de sangre, mitad porque a Pirincho la escopeta se la carga el ex comisario Fanchiotti y dicho esto, demos curso al festín recibiendo al candidato a tercero cómodo en las próximas elecciones, don Roberto Tito Lavagna, quien nos venía a explicar como va a hacer para reencarrilar la economía y bajar la inflación cuando sea presidente y porque no lo hizo cuando era ministro de economía pero, lamentablemente, el tiempo asignado para los que salen cola ya se agotó así que le regalamos una camiseta amarilla que dice “Buscalo a Melconian… y ponelo”, lo despedimos y le rogamos que no rezongue y no nos escupa el piso, que a López Murphy solamente lo dejamos saludar desde la puerta y al hermano del Adolfo le avisamos que ni venga, que hoy no hacíamos nada y ahora si, hacemos un breack para los que quieran ir a aprovechar los descuentos del cinco por ciento en los supermercados y para continuar, y como la Cristina no pudo venir porque se tubo que ir a un acto a pedirle al montón de bandidos subnormales que vació el país en los noventa que la vayan cortando con los agravios, o los va a terminar reputeando de arriba a abajo, recibamos al ex director de SBASA, Alejandro Franco, que nos vino a avisar que poner en marcha el subte H no es seguro, así que le preguntamos si no es seguro como que se van a machacar dos trenes o no es seguro como que va a venir un topólogo, va a encontrar un nodo, y va a convertir todo el sistema en una cinta de Moebius? Franco nos mira como si le estuviéramos contando una película de ciencia y ficción y entonces, y antes de que salga corriendo, regalémosle este cospel que dice “Subterraneos de Buenos Aires, Un viaje, Convertible de curso legal”, para que lo reviente en un boliche de San Telmo y se vaya a tomar algo y antes de terminar, este predicador no quiere dejar pasar la oportunidad de aclararle al amigo Von Wernich que no tenemos ni la más mínima intención de reconciliarnos con gente de su calaña aunque, eso si, nos alegra mucho saber que pasará el resto de sus días pudriéndose en una tumba y, como total ya se nos salio del todo la cadena, que abrigamos la más sincera esperanza de que lo agarre un sidoso y le rompa bien el orto…