el semillero de dios


/la realidad es una bestia escurridiza. Algunos intentan atraparla. Nosotros... nos conformamos con correrla a ladrillazos.

31.12.05___

ESPeCIAL DE FIN DE AÑO 2005


“… y al final dejaremos de bailar
y pondremos nuestros pies
en agua a refrescar.”

Hemos dejado atrás la autopista a Basora, hemos andado con los pies descalzos el pedregoso camino de la información y hemos tropezado, tantas veces como ha sido posible hemos tropezado. A lo largo del camino hemos intentado hacerlos sonreír, pensar, reflexionar, incluso sufrir y ahora, que llegamos al final y descubrimos que tenemos los pies llenos de ampollas, la espalda a la miseria y que de el camino no nos queda mas que el cansancio, nos damos cuenta de que hemos sido demasiado pretenciosos… solo nos resta agradecerles la paciencia infinita y en un último gesto de desmesura y optimismo, creer que todavía están allí, del otro lado, que todavía aguardan con la esperanza de que escribamos algo digno de ser leído y entonces, y sabiéndonos muy abajo en las tarjetas, afrontar el último asalto resueltos a buscar el knot out… Una última molestia: si alguien alcanza a ver cuantos dedos nos está mostrando el árbitro, por favor, no dude en escribirnos.


EL SEMILLERO DE DIOS presenta su especial de fin de año:

el pánico, las uvas, y los hombres de bien.

Medio embalurdados con el vino mistela que prepara el Predicador, y después de explicarle a su asistente Pirincho que a la pavita hay que inyectarle cognac y no moscato, y que 25 litros siempre es demasiado, nos metemos en el bolso térmico lo que sobró de la ensalada de frutas y dejamos atrás la cena de Noche Buena. Nos subimos al primer bondi que pasa y vamos a para al Congreso, tocamos el timbre y sale la portera, nos explica que, si venimos a saludar, otra vez llegamos tarde: después de pavear toda la temporada los muchachos entraron en un frenesí legislativo y aprobaron sin debate hasta la Ley de Ohm, a la que le introdujeron dos o tres modificaciones al boleo para disimular. Le preguntamos si el meeting opositor se termino también y si, se termino hace rato pero estuvo buenísimo, faltaba De la Rúa nomás… ¡Ah! y el innombrable. Le dejamos un poco de ensalada de frutas a la portera, y viendo que aquí el único que trabaja es el sabueso Santiago Montoya, que nos anda buscando para rematarnos el gomón celestial y cobrarse el inmobiliario rural de la parra que tiene el Predicador en la terraza del templo, nos ponemos en fuga y nos vamos a Bolivia a saludar al presidente electo Ebo Morales, quien nos recibe cortésmente y nos pide que seamos breves porque tiene que salir. Le preguntamos si se va a expropiar los hidrocarburos pero no, todavía no, sale a saludar presidentes por el mundo. Así que aprovechamos y le pedimos que si lo ve a Fidel le diga, de parte nuestra, que Condooleeza Rice nos está loca, es mala, y que le conviene dejar de boquear y empezar a comprar armas como hizo Huguito Chávez, o va a terminar compartiendo calabozo con Saddam. Nos promete que se lo dirá, nos da unos vales para echarle diesel al gomón y nos empuja a la vereda porque ya le hicimos perder mucho tiempo. Con el tanque lleno y los bolsillos aun vacíos, ponemos rumbo norte y no paramos hasta la Casa Blanca, tocamos la puerta y aquí también nos recibe el portero, nos explica que están todos de visita sorpresa en Iraq menos Litle Bush, que se quedó librando una guerra contra el terror y tratando de convencer al Capitolio de que el arma más eficaz, en estos casos, es el pánico. Le dejamos a Litle Bush un teléfono con manos libres de regalo, o le va a quedar el cuello a la miseria, al loco Cheney un muñeco de Twetty que baila la Macarena, porque nos pareció muy acorde con su estructura psicofísica, y mientras reflexionamos sobre el poder del sindicato único de porteros a nivel global y decidimos si nos conviene ir a Europa a que nos mate el frío, o a Iraq a que nos mate una bomba, nos llega un mensaje de texto de Pirincho diciéndonos que nos volvamos: el Predicador le siguió entrando al mistela hasta quedar en trance y empezar a gritar que la Argentina estaba condenada al éxito. Nos volvemos entonces y al llegar encontramos a Pirincho mirando por la Internet las cámara de seguridad que Guadaña Arslanián puso en la estación Núñez, le preguntamos por el Predicador y nos explica que durante el último litro de mistela se volvió uno con la fuerza y se le aparecieron Arafat, el General Perón y Simón Bolívar. Después, y como había estado diciendo que puestos a escoger él prefería ser beata, se le aparecieron unos tipos de blanco, se lo llevaron al Htal. Moyano y le dejaron una ficha con una consumición gratis para ir a visitarlo. Nos agarramos una sidra que quedó, unos turrones, y nos vamos a una placita a reflexionar sobre la suerte que corren aquí los hombres y las mujeres de bien, mientras los que se cargar de a 200 intentan safar escribiéndole cartitas a los canales de televisión, pidiéndole a los amigos que organicen una marcha o contratando abogados para convencernos de que solo se trata de una maniobra política… y de que no vayamos a bailar: porque a las discos las habilita el diablo...

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