ESPeCIAL DE FIN DE AÑO 2006
“…y aquí estamos de nuevo,
montando el mismo cristo”
montando el mismo cristo”
Una vez más al final del camino, exhaustos y de rodillas al final del camino y esta vez, el camino ha sido un poco diferente. Hemos construido una casa para poder recibirlos y hemos disfrutado con sus visitas, con sus comentarios. El semillero de dios es ahora un sitio en donde la gente puede presentarse y decir lo que piensa, lo que siente o lo que opina de la mascota del vecino. Y esa fue siempre la idea. Les pedimos disculpas por el agujero del final y les agradecemos infinitamente a todos los que hicieron posible esta casa, los que la levantaron desde la inteligencia, la dignidad y el sentido común, porque entendieron que solo queríamos contarles nuestra versión de la realidad, nuestra visión de la vida, y no pretendíamos que estuvieran de acuerdo. Con el cuerpo de rodillas pero el espíritu de pie llegamos al final del camino, y a todos los que construyeron esta casa El semillero de dios les dedica este, su especial de fin de año:
_la soga de los condenados.
Completamente intoxicados porque este año, y como anda mejor de guita, el asistente Pirincho emborracho la pavita con nafta sin plomo, de alto octanaje, nos llenamos los bolsillos de garrapiñadas, abandonamos el templo del dios de la incertidumbre antes de que el predicador empiece a detonar las tres toneladas de pirotecnia ilegal que le trajimos de regalo y una vez afuera, y enterados de que los legisladores argentinos aprobaron unas 18.500 leyes nuevas, y todas sin poder salir a silbar a la vereda porque el presidente Kichner los tenía agarrados de las pelotas, nos subimos a nuestro nuevo trineo estelar tirado por ovejas clon y abandonamos Argentina antes de que nos detengan por andar en una replica del trineo de papa Noel, por no haber llevado a verificar nuestro fusiles de asalto AK47 o porque los asambleístas de Gualeguachú, ante la posibilidad de que el cometa Halley sea contaminante, decidieron bloquear la entrada al hiperespacio. Otra vez en la ruta, ponemos rumbo a Palestina decididos a colocar unos tanques de guerra que le mexicaneamos a Pinochet aprovechando que estaba muerto, pero al llegar nos enteramos de que el ministro de defensa israelí, Amir Peretz, estuvo todo el fin de semana mirando los especiales de noche buena de la WBTV y, envalentonado por el espíritu navideño, decidió aliviar un poco la presión sobre la población de Gaza. Como no tenemos voluntad para esperar los 22 segundos que van a pasar hasta que se empiecen a tirotear otra vez, malvendemos los tanques como lastre para unos pesqueros japoneses, nos vamos al sur de Beirut y nos compramos ochocientos litros del nuevo perfume de hezbollah, nos tomamos doscientos, porque al final la nafta sin plomo no te hace un carajo, y enfilamos para la Unión, a entrevistarnos con el nuevo secretario de defensa, Robert Gates, y darle algunos consejos útiles para que no haga las mismas macanas que su antecesor el Pato Rumfeld. Al llegar, nos informan que el señor secretario está de visita sorpresa en Bagdad y nosotros, que sabemos que la sorpresa sería que volviera vivo, volvemos al trineo y nos cruzamos a Cuba, a preguntarle al hermano Raúl si es cierto que Fidel tiene cáncer y el hermano Raúl nos contesta que el médico español ya lo desmintió, que a ver si nos recatamos y le dejamos de inflar las pelotas o es que van a tener que contratar al Puma Rodríguez y a Paloma San Basilio para que salgan por 26 TV a decir que lo de Fidel es benigno y nosotros, que vimos como la cara se le iba poniendo cada vez más colorada, decidimos que ya molestamos al hermano Raúl lo suficiente, por este año, y que lo mejor va a ser regalarle un tarro de perfume y rajar a algún lugar tranquilo porque, además, nos acaba de llegar un mensaje de texto del loco Cheney diciendo que está confirmado: van a colgar a Saddam de una soga como en el lejano oeste y él se está yendo a tirar tiros al Capitolio para festejar. Apagamos el teléfono, enfilamos el trineo al medio del océano y nos tumbamos a escuchar el ruidito del agua y a comer garrapiñadas, con la esperanza de que dios sea tan grande como dicen los musulmanes porque sino, no habrá quien nos proteja de esta gente… ni quien se apiade de sus almas…