_un chip, una princesa y unas fotos de Flores.

Después de prometerle al loco Cheney que nunca más vamos a pasar a saludarlo en avión, y ante la negativa de la fuerza aérea norteamericana de devolvernos el Sesma, nos vamos hasta el Pentágono con las fotos de nuestro último veraneo en el bajo Flores y con el cuento de que son tomas satelitales de North Corea, en las que se ve claramente como arman una bomba atómica mientras cantan una canción de Callejeros, les sacamos unos pesos, nos compramos un boleto de avión y nos vamos a Roma. Falsificamos un 08 con la firma del Papa Benedicto, reclamamos como propio el Volkswagen Golf y salimos a la carrera para España, decididos a regularizar de una vez por todas nuestra situación migratoria. El trámite avanza rápidamente hasta que le piden a la poli nuestros antecedentes y sale a la luz aquel pequeño negocio de distribución de petróleo iraquí que solíamos regentear y que, dicho sea de paso, fracasó porque Saddan se negó a que le pagáramos con Australes. Visto y considerando que aquí la única que se divierte es Leti de Asturias, nos subimos al Golf y rumbeamos hacia Iraq, pero Benedicto lo dejó bastante flojo de cubiertas y en cuanto llegamos el auto empieza a patinar con la sangre que cubre las carreteras, y que aquí es considerada un subproducto de la incipiente democracia. Nos salimos de la autopista y utilizando un camino de tierra, que absorbe mejor, nos vamos al Reino Unido a felicitar a Tony Blair, que obtuvo un triunfo histórico en las elecciones y dijo que desde ahora escuchara a la gente pero seguirá haciendo como si pasara un carro. Lo primero que nos dicen al llegar es que se les reventó una central nuclear, pero que no nos preocupemos, que el plutonio es nuestro amigo y no nos va a pasar nada. Igual, nos recomiendan que antes de acostarnos nos duchemos unas seis o siete mil veces y nosotros, que a esta altura pensamos que el auto de Benedicto es mufa, se lo vendemos a un casino norteamericano y , aprovechando que la intoxicación con uranio ha dañado el chip que nos injerto la FIFA para que sepamos cuando tirar el centro, y nos ha otorgado la capacidad de viajar al pasado, nos vamos al lejano oeste a asesinar a los antepasados del científico que creó al robot replicador, porque si no los paramos ahora Arnold Schwarzenegger va a terminar llegando a presidente.