/para los vegetarianos hoy hay carne de cañón

El predicador descorre una vez más las cortinas del festín, y lamenta informarles que en esta ocasión no podrá agasajarlos con nuestra tradicional mesa de quesos porque el pibe que nos hacía los mandados murió de inanición mientras esperaba a que vinieran a bajar los precios en la góndola de los lácteos. Pero continuemos con nuestro segmento culinario y recibamos a los docentes salteños, que aceptaron venir porque prometimos mostrarles como era el jamón y atrás de ellos vino también la policia salteña, así que mostrémosles este pedazo de paleta y pidámosles que abandonen el escenario antes de que le saquen el ojo a alguno con una latita de gas lacrimógeno y, para dar continuidad a la lucha obrera recibamos a los muchachos de la CTA y a su líder, Pintita De Genaro, que fue hasta el ministerio de Trabajo a pedir queso, le dieron hueso y le dijeron que se las tomara o le cortaban el pescuezo. Mientras Pintita se va a pegar unos afiches para pedir que no lo discriminen este predicador se pone el tacho de basura de sombrero para no ver llegar al ex presidente Menem, que finalmente declaró ante el juez Úrso y negó haber pagado coimas, haberse enriquecido ilícitamente y haber aparecido medio borracho diciendo que Litle Bush era peronista. Abrámonos paso entre los siete menemistas, que vinieron con sus pancartas y sus gorritos de terlgopor dispuestos a apoyar a su líder, y aprovechando que es gratis llamemos al 911 y pidamos hablar con Guadaña Arslanián. La operadora nos dice que Arslanián salió a comprar facturas y nos pasa con Carlos Blumberg, que vino a ver como era el call center y a preguntar si lo entendían. Cortemos y sin perder un momento conectémonos a la Internet con la PC que nos vendió a crédito el Tito Lavagna, no sea cosa que el ingeniero intente devolvernos el llamado y si hablamos de devolver no nos queda más remedio que recibir con un aplauso al patriota Aníbal Ibarra, quien le pidió al Banco Mundial 330 millones de dólares que le permitirán terminar las obras del arroyo Maldonado y comprarse la lancha en la que va a tener que huir si Buenos Aires se vuelve a inundar. Huye también este predicador y antes de huir pide perdón, vuelve a pedir perdón y no se cansa de pedir perdon...