/la realidad es una bestia escurridiza. Algunos intentan atraparla. Nosotros... nos conformamos con correrla a ladrillazos.

9.2.05___

el festín del predicador (semana 05/2005)


/¿hasta donde llega el agua en la inundación?


Desde el oscuro reino de fantasía en el que vive, el abogado de Omar Chabán salió a decir que no sacrifiquen a su defendido, que no lo sacrifiquen como al Cristo pidió y este predicador siente que habla por todos cuando le aclara que teníamos pensado algo muchísimo peor, que incluía una tacuara de cuarenta metros que nos iba a prestar Héctor Bidonde y ahora, y para que vea que somos gente razonable, le proponemos que haga que su defendido camine sobre el agua y después venga, que vamos a negociar… Lejos de los actos piadosos Omar Chabán declaró ante la jueza y le echó la culpa a todos a ver si con alguno le acertaba, pero si de repartir culpas se trata recibamos con un fuerte aplauso al patriota Aníbal Ibarra, que volvió a la legislatura, y ante un selecto grupo de 16 diputados, mando en cana a la mitad de su gabinete de secretarios. Después y para que lo perdonaran les dio dos días de asueto porque era carnaval y ya sabemos cuanto le gusta a los funcionarios salir y apretar el pomo. Dejemos por un momento las miserias porteñas y recibamos al Consejo Federal, un grupo de 16 provincias que adhirió a la ley de responsabilidad fiscal mientras las ocho restantes seguirán alineadas en el cabezafresquismo, que les permite gastar los recursos fiscales en autos, mujeres y licor siempre que lo hagan en ese orden. A esta altura y como era previsible, la ira de Dios se hizo sentir con un violento temporal que casi desmonta todos los árboles de la Provincia de Buenos Aires. Por fortuna, llegó el presidente Chávez, anunció la creación de Telesur y el sol volvió a brillar. Aprovechando que estaba lindo el Loco de la faja mandó a su arpías hasta el shoping de Caballito, pero como no consiguieron ningún pepé que hiciera juego con sus trajecitos de encaje lo clausuraron y se fueron en patrullero, un poco porque no había subtes y bastante porque la gente les quería arrancar las plumas con una tenaza. Pero hablando de los subtes recibamos una vez más a Aníbal Ibarra, que no tenía como volverse a la casa y se quedó en la intendencia redactando unos decretos sobre seguridad, con un montón de ideas nuevas que le dio el Loco de la faja y con otras que él leyó hace mucho en la revista Billiken. Para terminar, agarrémonos de la cintura y salgamos haciendo un trencito, que es la forma más divertida de esperar que nos haga efecto el medio litro de anestésico para caballos que nos tomamos cuando supimos lo que valían los delantales.

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