/la realidad es una bestia escurridiza. Algunos intentan atraparla. Nosotros... nos conformamos con correrla a ladrillazos.

2.2.05___

el festín del predicador (semana 04/2005)


/ábrete las venas que ya tengo hambre


Lamentando que el patriota Aníbal Ibarra tenga las manos atadas porque las leyes de la Ciudad de Buenos Aires son más viejas que los políticos mentirosos, este servidor inicia su prédica semanal saludando al presidente español, don Rodríguez Zapatero, a quien tuvimos toda la intención de invitar a nuestro festín, pero no pudimos hacerlo porque el plan que nos vendió Telefónica sólo nos permite llamar a los barrios que empiezan con la letra Q, de catorce a veintiuna, los días pares de los meses impares en los años bisiestos que sean múltiplos enteros del número 3,1416. Los dueños de Telefónica, que saben que el servicio que venden es un poco precario, cuando se tienen que comunicar eligen las cartas documento y esta semana, sin tener que ir muy lejos, retomaron los contactos con el gobierno federal para ver si le cobran los 2.800 millones de doblones que perdieron con la pesificación. Nos tomamos las rodillas y les deseamos mejor suerte que la que corrió este humilde predicador, que cuando se fue a quejar porque ya nadie derramaba dólares en su canasta del diezmo le contestaron que se pusiera un corpiño y se fuera al Rosedal, que ahí seguro le llenaban la canasta. Como el dinero ya no alcanza ni para comprar Angispray, aspiremos el gas que queda en los sifones cuando se acaba la soda y recibamos a los bonistas italianos, a quienes el Tito Lavagna les dijo que no se dejen engañar por los intermediarios financieros y que lo vengan a ver a él, que los va a engañar pero sin cobrarles la comisión. Para cerrar esta edición invitamos al todavía Jefe del gobierno porteño, don Aníbal Ibarra, pero prefirió quedarse repasando las respuestas para la interpelación en la legislatura y a cambio, se ofreció a mandarnos al loco de la faja para que nos sacáramos una foto y de paso nos revisaba los matafuegos. Para terminar, y ya cansado de ir y venir con el balde mientras espera que los de Aguas Argentinas se dignen a darle agua al pueblo, este predicador se despide de ustedes y se va derechito a leer el Plan Maestro para catástrofes de la Ciudad de Buenos Aires… a ver si dice para que lado nos conviene salir corriendo.

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