_un rió, una colecta y un llanto en la mezquita

Empezamos nuestro tradicional recorrido alrededor del mundo en la mesopotamia iraquí, pero vamos disfrazados de mormones para que Alawi no nos reconozca, mitad porque en nuestra última visita le robamos un cenicero, mitad porque después de que nos fuimos le dinamitaron el partido y ahora piensa que somos mufa. Mientras buscaba un plato para apagar el cigarro Alawi confirmó las elecciones, prorrogó el estado de emergencia hasta el año 10.014 y, ya que estamos dándole buenas noticias al pueblo iraquí, vayamos a los EEUU, donde nombraron secretario de justicia al Cuchillo Gonzáles, un abogado de la Casa Blanca que dio las bases legales para las torturas en Abu Graib y que, para lavar su oscuro pasado de roba estéreos en el Distrito Federal, presentó el plan “A llorar a la mezquita”, destinado a atender a las victimas de abusos en las cárceles de Iraq. Como la presentación resultó más aburrida que manguerear a un iraquí desnudo salimos a la vereda y nos encontramos con el loco Chenney, le pedimos un peso para la birra pero como no tenía cambio nos tuvo que dar 20 dólares y, billete en mano, nos fuimos al hospital de Punta del Este a pagar 16 dólares la consulta para que nos revisaran los hongos de los pies. Con los 4 dólares que nos quedaron le compramos un bono contribución a Kofi Mate, el morocho que dirige la ONU y que anda desesperado juntando guita para las victimas del tsunami en el sudeste de Asia. Ahora que nuestra conciencia está tranquila nos sacamos el disfraz de mormón y nos vamos a Ramalah a ver como festejan su victoria electoral los amigos del finado Arafat, que ahora resulta que también son amigos de Sharon. Distinto fue el caso de Nicola Barbutti, un cantante italiano que se convirtió al islamismo, cambió su nombre por el de Mustafa y decidió dedicar su vida y su talento a liberar al pueblo palestino del yugo israelí… Como sea, Nicola resulto un zoquete que no juntó ni quince votos y nosotros, que le pusimos un montón de fichas porque nos dijo que ganaba, le compramos unos zapatos de cemento y se los vamos a llevar a ver si le sirven para meterse en el rió.