ANTE TODO MUCHA CALMA

Durante estos primeros meses avanzando a ciegas por la autopista a Basora, hemos intentado llegar hasta ustedes con nuestra propia visión de la realidad, hemos reído ante la vida y hemos temblado ante la muerte, hemos dicho la verdad, cuando ha sido necesario, y hemos salido corriendo. Pero lo que hemos hecho, antes que nada, es nuestro mejor y más sincero esfuerzo, hemos escrito los peores chistes de la historia por impericia pero nunca por pereza y hemos intentado, todo el tiempo, tratarlos como lo que son, personas inteligentes, que no necesitan que nadie les forme una opinión porque están bastante grandes para formársela solitos. Ojalá estén ahí, del otro lado, ojalá alguna vez se hayan sonreído leyendo este pasquín, ojalá nos hayan dado ese, el único premio que vinimos a buscar. Como sea, gracias a todos, y hasta el próximo año.

EL SEMILLERO DE DIOS presenta su especial de fin de año:

_un vino, una escopeta y una victoria naranja.

Después de la cena de nochebuena y todavía medio mamados con vino patero, salimos a saludar al montón de amigos que compartió con nosotros este hermoso año. Empezamos dejándole los mejores deseos a nuestro presidente, Don Néstor Kichner, no sea cosa que nos acusen de opositores y tengamos que poner plata para la fianza de Menem y hablando del diablo, y como El Calafate nos queda un poco trasmano, vayamos a La Rioja, dejémosle a Don Carlos un vinito de regalo para que no tenga que seguir tomando la porquería que fabrican los parientes, que de enología no saben un pito la vela, y ya que estamos dejémosle un sonajero al nieto, un mordillo a la hija y rajemos… antes de que alguno de los alcahuetes nos corra con la escopeta. Con la lealtad intacta pero el cuero lleno de perdigones, les afanamos el cohete que sale a la estratosfera y nos vamos a Iraq, felicitamos a nuestro crédito local, Ayad Alawi, por lo bien que le está yendo en las encuestas y nos corremos hasta la casa del Serrucho Alsarkawi. Como ofrenda de paz le llevamos una visera de Kerry 2004, él la acepta, nos promete que la va a estrenar en su próximo video snuff y nos dice que desaparezcamos, porque sino el video lo va a filmar con nosotros. Nos subimos otra vez al cohete y después de una escala en el Japón para hacer un curso de Papa Noel, seguimos viaje a Ucrania, le regalamos el traje al premier Yanucovich, que perdió por paliza las elecciones y no sabía de que disfrazarse y, como las hordas naranjas nos incendiaron el cohete a modo de festejo por la victoria, volvemos nadando a la Argentina, nos secamos un poco y nos vamos al Congreso decididos a saludar personalmente a nuestros legisladores. Lamentablemente, a la única que encontramos fue a la portera, que había salido a la vereda a tomar mate con el marido y nos pidió, aprovechando este medio, que le digamos a los diputados que la próxima vez que vayan a faltar por tantos días le avisen, porque pensó que habían dado un golpe de estado y se asusto mucho. Otro que cree que hubo un golpe de estado es el Chupete De la Rúa. A él, y como no queremos volver a verlo nunca, le mandamos una tarjeta de felicidades pero la devolvió sin abrirla, pensando que era otra citación judicial, y se perdió los cinco pesos que le pusimos adentro del sobre para que fuera y se tomara algo. Rescatamos el billete, compramos dos sidras sin alcohol y nos fuimos a EEUU a quedar bien con Litle Bush. Al llegar, encontramos la Casa Blanca cerrada y al Loco Cheney sentado en la vereda y jugando con una navaja. Le dejamos las sidras, le preguntamos si la hija ya se había casado y después de escondernos atrás de un buzón les gritamos “aguante la Cuba comunista”, así se encabronaba y nos corría hasta el Pentágono. Como estaba entretenido persiguiendo a un gatito y no nos dio bolilla, y como el efecto del vino patero ya empezó a mermar, cerramos el especial de fin de año y hacemos nuestra última escala en la isla de Sumatra, donde nos sentamos en el techo de un hotel, ponemos las patitas en el agua como cuando íbamos a la pileta, y nos quedamos en silencio…