/la realidad es una bestia escurridiza. Algunos intentan atraparla. Nosotros... nos conformamos con correrla a ladrillazos.

10.6.05___

INSPECCCIÓN RUTINARIA DE CASERIOS (semana 23/2005)


_un taxi, un enanito y una nueva esperanza.

Empezamos nuestro recorrido en la reunión de la OEA, donde Litle Bush se comprometió a construir un continente en libertad, así tenga que traer al hermano para que corra a escopetazos a todos los sudacas patas sucias, y a perseguir a Yoda hasta el último rincón de la galaxia. Después, un asistente se le acercó y le avisó que diera vuelta el libro, porque le parecía que Yoda era uno de los buenos y Litle Bush se retractó. Pero el mal ya estaba hecho y nosotros, que le hicimos caso al zopenco de Rodrigo Palacio, y nos disfrazamos de padawan para eludir a los droides acomodadores del Conde Dockoo y entrar a ver Episodio III sin pagar la entrada, supimos que nos habíamos convertido, una vez más, en perseguidos del Imperio, nos mezclamos entre los boricuas en el desfile del orgullo puertorriqueño, llegamos hasta la playa judicial de la guardia costera y nos robamos el taxi cubano convertido en bote, lo conectamos a nuestro robot navegador, que quedo un fenómeno después de que el técnico le cambio todas las arandelas, y nos fuimos a Iraq, suponiendo que si todavía no pudieron agarrar al serrucho al Sarkawi menos nos iban a agarrar a nosotros. Pero, y para variar, Iraq resultó un mal destino: la policía desplegaba en Bagdad la operación relámpago, consistente en salir a preguntarle a la gente si se quería pasar al lado oscuro y al que decía que no fulminarlo con los rayitos que les salían de los dedos. Como ni somos Luke Skywalker para bancarnos la parada ni tenemos un padre dispuesto a redimirse para salvarnos la vida, nos subimos al taxi y guiándonos con el nuevo atlas de la ONU “Un planeta, mucha gente”, nos fuimos al Brasil y al llegar nos enteramos de que habían descubierto que el tesorero del PT, un tal Delubio, era en realidad un Lord Sith llamado Dark Cheques, y cuando lo acusaron comprar a los legisladores dijo que era una infamia, que él solamente los alquilaba. Como Lula amenazaba con cortar su propia carne, pero nunca terminaba de sacar la espada láser, nos refugiamos en el Amazonas y mientras nos remojábamos las patas en el río se nos acerco un enano verde, con orejas puntiagudas y nos dijo: “tomárselas deben, ustedes de aquí”. Mitad porque nos pareció conocido, mitad porque el taxi cubano no tiene GNC y esta huida nos estaba costando un dineral, decidimos enviar a Hollywood al robot navegador, para que negocie nuestra rendición con R2D2 y mientras tanto irnos a Bolivia a ver la ceremonia de entrega de la papa caliente, que es como traspasan allí el mando presidencial, y pedirle a Rodríguez Veltze que si se sueña alguna gilada mantenga la calma, no como el soquete de Anakin, que se puso nervioso y fue un desastre...

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