_el halloween, la ONU y los muertos vivientes.

Embebidos de ron hasta la pera, dejamos el cementerio municipal de Puerto Príncipe escoltados por una horda de fantasmas y muertos vivientes, y haciendo eses enfilamos para Nueva York, nos presentamos en el boliche de la ONU y preguntamos si piensan seguir pelotudeando mucho rato, porque el mundo se les va a terminar de prender fuego y se van a tener que ir a pedir asilo político a Trantor. Nos contestan que ya apalabraron al delegado de Panamá para que vaya a hacer el papel del pavo en el Consejo de seguridad, así que quince o veinte votaciones mas y listo, terminan y pueden salir a festejar el Hallowen, que este año se vino con todo porque la vereda está tan llena de disfrazados que parece una película de George Romero. Les explicamos que los de la vereda no son disfrazados, les recomendamos que no asomen los brazos porque muchos de ellos murieron de hambre y aprovechando que nos queda cerca nos vamos a visitar al loco Cheney, porque parece que Litle Bush anda por ahí diciendo que los republicamos tienen un plan para la guerra de Iraq, y queríamos saber si el plan consiste en hacer tiempo hasta que los sunitas y los chiítas se maten todos entre ellos para después asfaltar y hacer la playa de estacionamiento del Coto que van a construir en Afganistán, después de que los de la OTAN hayan terminado de liquidar a los afganos. Con su habitual pragmatismo, el loco nos contesta que aquí Dios es el único que tiene un plan, y que si no nos sobran un par de zombis porque quiere ir practicando para cuando lo agarre a Jhon Kerry, que es uno que antes era candidato a presidente de la Unión y ahora anda contando chistes bobos en las universidades. Le explicamos que los zombis no son nuestros y antes de que se ponga insistidor salimos al trote y nos vamos a Oaxaca, en México, a preguntarle al gobernador Ulises Ruiz si prefiere renunciar de un tirón o va a esperar que la asamblea de los pueblos lo desmiembre vivo para ir renunciando de a pedazos. Al llegar, la policía que mandaron desde el D.F. intenta pacificarnos con gases lacrimógenos y nuestra escolta de zombis, a falta de coctels molotov, responde con un ataque de botellas de ron, coca-cola y limones en ese orden. Nos ponemos serios y les decimos a los muertos vivos que si se siguen comportando como un montón de gamberros vamos a llamar a Avigdor Liebeman, un señor horrible al que nombraron ministro de Israel, y va a venir a meterles bala como le hace a los palestinos. Los zombis piden disculpas y nos dicen que quieren ir a Milán, a ganarse unos euros haciéndole de testigos a Silvio Berlusconi y nosotros, viendo que ya deben tener sueño porque están muy fastidiosos, y sin voluntad para volver a explicarles que Berlusconi a los testigo los amenaza, porque pagarles nos es de hombre, devolvemos a los muertos vivos al cementerio de Puerto Príncipe, para que puedan descansar en paz hasta el año que viene, y nos vamos a la cumbre Iberoamericana de Montevideo, a decirle al mantequita de Vicente Fox que ahora no venga a jorobar con la tapia que le quieren levantar en la frontera... que eso le pasa por estar tantos años laburando de jinetera para el imperio.