_los osos, las tinieblas y los ejércitos del Islam.

Antes de iniciar nuestra habitual inspección, queremos aclarar que repudiamos el accionar del chino borracho que mordió al oso Gu Gu en el zoo de Pekín, que creemos que nuestras palabras “si bajas y mordés al panda te damos 15 dólares” fueron interpretadas apresuradamente y que sentimos un profundo respeto por los osos. Dicho esto, nos convertimos al maniqueísmo antes de que los ejércitos del Islam entren degollando y empezamos nuestro paseo por Hungría, donde se supo que el primer ministro había estado mintiendo un año y medio para ganar las elecciones y la gente salió a prender fuego Budapest para purificar a la nación. Ahora, al primer ministro lo va a tener que volver a salvar la divina providencia pero no… la divina providencia está ocupada huyendo de los ejércitos del Islam así que la jodió del todo y nosotros, renovada nuestra fe en el fraude como método para ganar elecciones, continuamos buscando la luz y nos vamos a la base de Guantánamo, a avisarle a los muchachos que barran un poco y peinen a los presos porque la semana que viene caen los chanchos de la cruz roja, y si ven este desastre les cierran el boliche. Antes de que nos acusen de terrorismo, y con la vista ensombrecida por la tiniebla, nos subimos a un huracán y nos vamos a México, cruzamos a Caléxico utilizando un narcotúnel y sin dejar de correr para eludir a la migra llegamos a Nueva York, nos presentamos en la asamblea de las Naciones Unidas y preguntamos si el diablo estuvo aquí, porque el olor a azufre no se aguanta. Nos dicen que estuvo pero se fue para no tener que escuchar a Huguito Chávez, que salió de parranda con su hermano revolucionario Ahmadineyad, vino medio curdela a dar el discurso y se puso a recomendar libros. Es una lástima que el diablo se haya ido, porque le queríamos avisar que se acercan los ejércitos del Islam, por si quería ir eligiendo entre la conversión y la espada y, por si le sirve el dato, comentarle que los perejiles que manda a luchar a Iraq, en general, vienen eligiendo la espada. Como sea, y esperando que Lula deje de contratar improvisados o va a terminar como el presi de Tailandia, que es uno que se enteró de que lo habían derrocado escuchando Radio Bankok, nos vamos a seguir buscando la luz mientras tratamos de convencer a los líderes mundiales de que a Benedicto habría que largarlo en la puerta de una mezquita, desnudo y maniatado, y salvarnos nosotros.