/si te dicen que caí, ya sabes mi paradero.

Antes de empezar a hacer el payaso, este predicador les pide a los muchachos que, por favor y si lo tienen ellos, devuelvan al amigo López porque si no lo devuelven lo único que van a lograr es que tengamos otra razón para seguir peleando por la libertad y entonces, nosotros vamos a tener 30.001 razones y ustedes... ustedes van a estar bien jodidos y aclarado este asunto, izamos las banderas blancas en los mástiles del templo, y con un ramo de olivo en una mano y un fusil de guerrillero en la otra, empezamos este festín recibiendo a los legisladores porteños, que se decidieron a implementar la educación sexual desde el jardín de infantes porque los pibes, a los dos años y medio, ya se andan tocando y antes de que entren en detalles y nos arruinen la noche, despedimos a los legisladores y recibimos a los representantes de la Unión industrial, que nos piden que ahorremos energía para que ellos puedan seguir fabricando licuadoras y nosotros comprándolas, pero como no nos aclaran para que queremos las licuadoras si no las podemos enchufar, los echamos del templo a bananazos, le pedimos al ex presidente Menem que la corte con el vino ordinario que fabrican los parientes y se ponga las pilas con las clases de arpa, porque a este paso no lo van a querer ni en la orquesta de tango del purgatorio y antes de continuar, este predicador les pide que derrumben el templo con un aplauso para los bomberos cordobeses, que controlaron los incendios forestales y no le hicieron caso al mamarracho de De La Sota, que se quería sentar a esperar que lloviera mientras nosotros tratábamos de descubrir si era mejor estar en manos de la naturaleza o de este montón de improvisados y ahora, y a lomo de chancho porque ya no queda más gas oil, hace su entrada la ministra Felisa, y a los gritos nos dice que siempre es mejor subestimar el crecimiento que tener que aguantar a don Alberto Fernández quejándose porque no tiene guita para financiar las operaciones políticas contra De la Rua, y ya que estamos adelante del espejo, digamos De la Rua dos veces más para que se nos aparezca el ex presidente, nos entregue el borrador de su segundo libro, donde explica como hicieron él y Cavallo para tragarse las comisiones del Megacanje y engramparnos con 55.000 millones de dólares más, y amenazándolo con untarlo en miel y tirarlo a las abejas, despedimos al ex presidente y antes de terminar, y como le prohibieron fumar en el templo, este predicador se sirve medio litro de vermú con redoxon y brinda por los que van a llegar, a este mundo, para que lo arreglen, y poder seguir brindando mas...

NOTA: el brindis del final se lo robamos a La Mississippi.