/energía limpia, energía sucia y castración.

Lamentando la ausencia del excelentísimo señor presidente de la republica y de la Reina del carnaval de Gualeguachú, que tuvieron que ir a Viena a convencer a los poderosos de que lo que nos interesa son los ríos, y no los 4000 millones de duros que nos quieren prestar, damos comienzo a este Festín anunciándole al amigo Carrascosa que si no se quiere sacar sangre para la prueba de ADN no importa, puede ir y golpearse la cabeza contra una canilla del juzgado... ocho veces... de espaldas... que después los peritos van y la juntan del piso y ya que hablamos de asuntos turbios no dejemos de saludar la iniciativa de Mauricio Macri y la hermana flaca y bronceada de Lilita Carrió, que están decididos a declarar al Riachuelo zona de emergencia ambiental y, si no queda más remedio, están dispuestos a limpiarlo. Siempre rezando para que a los muchachos de Greenpeace no se les ocurra mandar una señorita medio desnuda a manifestar al puente de La Noria continuamos actualidad adelante saludando al embajador norteamericano nominado para la Argentina, Ear Anthony Wayne, que es uno al que todavía no nombraron y ya empezó a decir huevadas. Lo que demuestra que lo que los embriaga no es el poder sino el bourbon y ahora si, estamos en condiciones de anunciar la llegada del representante permanente del MERCOSUR, Don Chacho Alvarez, quien entra quejándose porque la Guardia Urbana le metió una multa y diciendo que le gustaba más cuando estaba el patriota, Aníbal Ibarra, que si pasabas un semáforo en rojo te retaban y te mandaban a pensar y sin perder un instante, porque dejó el auto en doble fila, nos informa que el MERCOSUR no atraviesa su peor momento: hay que esperar que Brasil invada Bolivia y que Argentina empiece los bombardeos selectivos sobre Fray Bentos para que la cosa se ponga realmente buena. Despedimos al Chacho, que se va a dar buenas noticias a otra parte y sin dejar pasar la ocasión para felicitar a Don Cobranza Sola, que aprovechando que se viene el mundial le dio permiso al Sabueso Montoya para que le termine de inflar las pelotas a los contribuyentes, nos ponemos de pie y con un aplauso ensordecedor saludamos al edificio del congreso, que resistió 100 años a nuestros legisladores sin derrumbarse y hacemos extensiva la felicitación a los señores diputados, que para festejar el centenario decidieron abrir un cajón y aprobar por unanimidad el primer proyecto que encontraran, y que resulto ser la reglamentación del amparo, que había quedado colgada desde que reformaron la Constitución en el 94. Mientras tanto los senadores, que se creen los únicos con derecho a divertirse, elevaron las penas para el acoso sexual y este predicador, viendo que aquí ya no te dejan ni toquetear tranquilo a tu secretaria, da por finalizado este festín y se va a preguntarle a la Ministra Felisa con que gas vamos a cocinar los 5 millones y medio de terneros que piensa criar, ahora que el Ebo se puso en puto con el gas.