_los fusiles de la libertad.

Apurados por ir a avisarle al hermano revolucionario Huguito Chávez que ni se le ocurra tratar de clausurar los diarios españoles que especularon con la salud de Fidel, porque entonces si que se va a armar y nosotros vamos a tener que decir que no lo conocemos, nos sentamos a tomar el vermouth con papas fritas en La Perla de Basora y escuchamos por la radio al primer ministro Nuri al Maliki, que es uno al que de pibe engañaban en la escuela, decir que la culpa de todo la tiene Litle Bush, que no le manda bastantes armas para poder meterle bala a los insurgentes y entonces, renunciamos a la idea de ir a avisarle que en el 2006 la ONU contó tres veces más muertos que él y que se fije, porque le están faltando unos 24.000 fiambres, pagamos el vermouth con unos Patacones que nos quedaron de clavo, le hacemos creer al mozo que son euros y nos vamos a Israel a ver si Olmert ya renunció pero al llegar, nos enteramos de que la malvada Condooleeza Rice está de gira por la región y ya aviso que si no le consiguen pronto conejitos bebe va a empezar a degollar palestinos con la hoja de ruta, así que ponemos cara de coreanos, preguntamos si la Atlántida queda para aquel lado y salimos como alma que lleva el diablo pero, y al pasar por Europa, nos agarra la tormenta, perdemos el rumbo y terminamos en indonesia, donde un grupo de funcionarios nos informa que seremos sacrificados para combatir la gripe del pollo. Intentamos explicarle que nos pueden acusar de muchas cosas menos de ser aves de corral pero no hay forma, ellos tienen ordenes de liquidar a todo lo que vuele o tenga plumas y nosotros, que sabemos que no hay nada más cruel que un funcionario público de bajo rango, y sentimos el olor del aceite hirviendo, les gritamos ¡Viva la Republica Española!, espoleamos a las ovejas clon que tiran del trineo y nos vamos a la Unión a preguntarle al secretario de Justicia, Alberto Cuchillo González, si es cierto que van a dejar de hacer escuchas telefónicas sin permiso judicial porque, a la final, resultó ser un embole. Cuchillo nos contesta que por qué no nos vamos al Brasil, a molestar a los zurditos que están meta expandir el nuevo socialismo por la región, y entonces nos acordamos de que teníamos que hablar con Chávez, lo dejamos leyendo el libro “Casa de brujas – una solución al alcance de cualquier tarado” y nos vamos a Río, donde parece que ya arrancó el carnaval porque está todo lleno de disfrazados pero no, desde la estación espacial nos informan que no son disfraces, son uniformes militares y que los vehículos tampoco son carrozas, son carros blindados y nosotros, que nunca pensamos que el nuevo socialismo era a punta de fusil, damos por terminada esta ronda con la certeza, casi, de que nos estamos olvidando de algo.